De acuerdo a las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), una de cada tres mujeres, en algún momento de su vida, ha sido víctima de violencia sexual, física o psicológica. Se puede concebir la violencia contra las mujeres como un conjunto de actos que causan daño o sufrimiento de índole físico, mental o sexual, incluidas las ame- nazas de tales actos, la coerción o las privaciones arbitrarias de libertad, se den en la vida pública o en la privada.
La educación juega un papel fundamental para conseguir el cambio de actitud que se necesita para la erradicación de este problema. Ésta debe promover valores igualitarios para evitar confrontaciones y formas de solución con predominio de la fuerza, y, promover a cambio el camino del diálogo. Es necesario que la educación incida en la autonomía personal y los valores de igualdad, respeto y comunicación.
Por este motivo, la escuela y sus docentes deben promover un clima de convivencia en el que se logre asumir plenamen- te relaciones de igualdad y respeto a la persona independientemente de su sexo.
Desde el Ministerio de Educación se trabaja el tema de la violencia contra la mujer a través de un enfoque de equidad de género, del abordaje de los derechos de las mujeres y las niñas, de los factores asociados a la violencia hacia la mujer, el marco normativo nacional e internacional, la construcción social de lo masculino y femenino y las consecuen- cias de la violencia en la vida de mujeres y niñas.