HOJA DE LECTURA: “IMPACTOS AMBIENTALES DEL CULTIVO DE COCA”
El primer impacto del cultivo de coca es la deforestación de cientos de miles de hectáreas; en Perú se estima que la deforestación vinculada a la coca es de 700 mil hectáreas.
Ecológicamente, el cultivo de coca ha afectado las zonas de vida más frágiles de nuestra región amazónica. En las regiones cocaleras existe una gran diversidad genética. La migración y asentamiento desordenado de la población dedicada a la actividad cocalera han generado la tala y quema de bosques, inclusive en áreas de protección como los bosques nacionales.
Se sabe también que el cultivo tiene unos efectos desastrosos sobre el suelo. Los cultivos de coca son altamente erosivos porque se han instalado en zonas de vida de bosque húmedo tropical.
La elaboración de pasta básica de cocaína contamina el aire, el suelo y el agua. La primera se produce en forma de humo, cuando se seca la hoja de coca en hornos que funcionan a leña. El suelo soporta el arrojo de los desechos del procesamiento de Pasta Básica de Cocaína (PBC), que luego van a parar a los ambientes acuáticos.
Por otro lado, los desechos químicos tóxicos que se vierten en los ríos y riachuelos después del proceso de extracción de la cocaína, han provocado la desaparición de especies acuáticas, como los camarones de río y peces.
Los pesticidas y abono sintético que usa el cultivador de coca se concentran en las cadenas alimentarias y causan toxicidad para el ser humano (cáncer, mutaciones genéticas, aborto, etc.), matan especies útiles y alteran el equilibrio natural.